Dado que tu padre sigue gamberreando respecto a tu nombre, seguiremos con el apodo el tiempo que haga falta, con tal de no admitir Ambrosio como animal acuático.
Y se emocionaron al verte removerte en la eco, una pequeña sorpresa orquestada con ayuda de Alba, un cielo de compañera. Fue divertido ver sus caras mientras te movías, a veces de espaldas, otras estirando los bracitos. Y después, entre delicioso sushi, cocas y demás delicias, has empezado a reclamar tu sitio, con todavía suaves pero precoces pataditas, como nuestra prominente tripa. Así que ahora esperaré cada día emocionada volver a sentir esos pequeños toques que me acercan a tí, y que me permiten alejar los miedos que nunca se marchan del todo.
Te quiere, y conmigo toda la familia también:
Tu mamá
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